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Iglesia de San Andrés

Tiene su entrada por la calle de San Andrés, a través de una sencilla portada de piedra del gótico tardío, coronada por una hornacina con la imagen de San Andrés, reformada en 1765 y 1920.

La bella espadaña-campanario se levantó en 1784 sobre el ábside del templo, según diseño del arquitecto don Manuel López, pues el campanario original, elevado en el extremo opuesto a los pies de la iglesia, se había arruinado.

El templo tiene tres naves separadas por esbeltas columnas que sostienen arcos túmidas, dispuestas en una remodelación realizada en 1883 que se inspiró en las iglesias toledanas. Se cubre con artesonado de madera, colocado en 1980 a la antigua usanza.

En el presbiterio hay un retablo barroco realizado en 1784 por Lucas Colmenero, adornado por las imágenes de San Andrés, San Pedro y San Pablo, debidas a la gubia del imaginero José de Medina (1709-1783). A ambos lados, cuelgan lienzos anónimos de San Pedro y San Pablo. La mesa de altar se ha dispuesto con un antiguo sagrario, obra de Sebastián de Solís datada en 1609.

En el altar colateral del templo, a nuestra derecha,  vemos la imagen de Nª Sª del Rosario, obra anónima del XVIII procedente del extinguido Convento de Santo Domingo.

Sobre el confesionario, un lienzo de “la Misa de San Gregorio” al que antaño se encomendaban las parturientas.

Le sigue el altar de San Martín, recompuesto en 1965 con restos de otros antiguos retablos y presidido por un lienzo anónimo del siglo XVII.

Sobre la puerta de la sacristía, la tribuna con el órgano barroco realizado en 1796 por Lucas de la Redonda.

En el lateral izquierdo podemos contemplar el altar e imagen de Santo Domingo de Guzmán, procedente del perdido Convento de Santo Domingo.

Junto a él se abre la Capilla del Santo Cristo del Remedio que preside un retablo barroco que enmarca el camarín del Cristo del Remedio (1731), imagen pintada y recortada sobre tabla y ante ella una Dolorosa. En la pared frontal, un gran lienzo de Ánimas atribuido al pintor  Alonso de Arjona y una urna decimonónica con una pequeña réplica de la imagen de Jesús Nazareno. Y a un lado la antigua pila bautismal de la parroquia, cuya caperuza ofrece pinturas alusivas  al bautismo de Cristo realizadas por José Carazon en 1775 y en la coronación un medallón con la Inmaculada. La lámpara de la capilla data de 1731 y es obra del platero jaenés Rafael de Martos.

Junto a la puerta de entrada al templo, el altar barroco de San José, cuya imagen se atribuye a José de Medina.

El resto del muro presenta  un gran lienzo anónimo del siglo XVII que representa la romería de la Virgen de la Cabeza y pinturas, también anónimas, de las  cabezas de Cristo y la Dolorosa.

En el fondo de la iglesia, sobre lo que fue arco de acceso al coro –demolido en 1965- vemos una magnífica tabla con un relieve alegórico de la Limpia Concepción de María, -“María Tota Pulcra”-  resto de un antiguo retablo. Bajo ella, un retrato de San Pedro Poveda –cofrade que fue de esta institución- obra del pintor Francisco Cerezo Moreno (1994).

Una gran lápida en la que en caracteres góticos se exponen las indulgencias de que gozan los benefactores de la “Santa Capilla” y sendas pinturas de Cristo en la Columna y San Francisco, completa la decoración de este espacio.

Manuel López Pérez (†)

Cronista

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